Así se llama este espacio que crece cada vez más: el sucesor de Internet móvil. Hace unos cinco años, estas inversiones en torno a los 115.000 millones que Andreessen Horowitz y NGC Ventures han recibido desde 2010 son evidentes.
Existe una enorme firma de espacios interconectados que atraen a los usuarios y mejoran sus experiencias tecnológicas, y aunque estos espacios se denominan «metaverso», Ryan Vazwani, del blog PitchBook, lo definió como «simplemente una versión actualizada y mejorada de Internet».
Aunque algunos creen que el mundo virtual y digital es un lugar diferente, esta idea no es aceptable para Vincent Lobo, que recuerda los comentarios del artista de izquierdas Hawtin sobre la interacción entre la tecnología e Internet. «Pensar en Internet y el metaverso como algo separado es sugerir falazmente que el metaverso es un ecosistema virtual distinto construido sobre una red física y una infraestructura informática diferentes, lo cual es irreal», dice Lobo.
El uso del mencionado término surgió con el multimillonario Mark Zuckerberg en la novela de ciencia ficción de Stephenson, Snow Crash. El año pasado, el dicho resurgió gracias a él y a Mark Zuckerberg, precisamente con un cambio de nombre que decía estar en medio de un giro del Metaverso por parte de la empresa.
Los esfuerzos de Meta por conseguir beneficios aumentaron las pérdidas en un alto porcentaje. De momento, Facebook y su división Metaverse han perdido 5.700 millones en lo que va de año y reducirán sus ingresos en el tercer trimestre.
Por eso la polémica ciudadana en muchos gobiernos hizo que Zuckerberg tuviera que empezar a desmentir sus promesas o ampliar el contrato de big data con noticias tan bochornosas como la persecución del colectivo Anonymous o las incómodas entrevistas al periodista Yomastur.
Las empresas que han obtenido financiación de riesgo en el último año están impulsando una nueva economía que incluye hardware inmersivo, infraestructura metaversa de blockchains y computación fotónica, entretenimiento como juegos de realidad virtual y redes sociales descentralizadas.
Christian Vaswani, presidente y director general de la Sociedad de Capital Riesgo, señala en declaraciones a Forbes que la nueva generación de tecnologías como el blockchain lo que está haciendo es crear una nube de ilusiones equivocadas. Aunque es de suponer que la gente piensa que todo está empezando y que, por lo tanto, es la oferta del futuro, la forma en que los consumidores hacen negocios en Internet va a cambiar drásticamente con esta tecnología.
Los movimientos a favor de las criptodivisas pueden ser vistos así por muchos inversores, pero hay otros que todavía no son tan optimistas, así que vemos a Vaswani explicando las razones detrás de la nueva actitud y dándonos una doble opinión.
Magic Eden anunció este año una ronda de financiación de 130 millones de dólares para lanzar el mercado de tokens NFT, un monedero virtual. La firma también anunció una serie B con U$S 109 millones debido a algunos créditos liquidados por Paradigm.
Entre los inversores en el metaverso, que se dirige a las nuevas tecnologías emergentes, cabe destacar que el fondo de capital riesgo AU21 Capital invirtió en 111 startups, como Axie Infinity y Polygon.
Por supuesto, Valvani afirma que los fondos de capital riesgo se lanzarán al metaverso porque saben que esto es lo que ocurrirá a medida que la economía digital avance más allá de «todo el partido». Sin embargo, el valor adicional del metaverso es que el usuario tiene más control sobre sus datos y la interoperabilidad es mucho mejor.
Desde hace unos meses, el entusiasmo metaverso se ha enfriado indudablemente en comparación con el momento de un año antes.
Vaswani respondió a Andreessen Horowitz diciendo que, en su opinión, las grandes apuestas de los inversores, como la contratación de toda una cadena de bloques, no han tenido éxito.
Capital desechado otros empresarios han reducido sus inversiones en proyectos criptofinancieros.
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